La sostenibilidad está intrínsecamente vinculada a las imágenes de Escandinavia. Tal vez sea por la riqueza paisajística de los parajes septentrionales, que exige un profundo respeto por la naturaleza, pero no debemos perder de vista que en las regiones más cercanas al círculo polar ártico las consecuencias del cambio climático son más palpables que en ningún otro lugar.
Próxima parada: un futuro sostenible
Noruega es un país con unos entornos naturales impresionantes, símbolo del esplendor de la naturaleza nórdica. A lo largo del tiempo, además, el país ha ido cambiando el patrón de consumo de recursos. Los objetivos son ambiciosos. Para 2030, Noruega pretende convertirse en un país climáticamente neutro, mucho antes que los vecinos de la Unión Europea. En el año 2019, prácticamente uno de cada dos coches matriculados en el país llevaba un motor eléctrico y a partir de 2025 ya no se permitirá matricular coches con motor de combustión. Además, a partir de 2028 el transporte público de Oslo no generará ningún tipo de emisiones. Paralelamente, se quiere reforzar la red para generar energía hidráulica, eólica y solar, además de apostar por una planificación arquitectónica y urbanística sostenibles. Uno de los estudios de arquitectura de mayor renombre del país quiere contribuir a la consecución de estos objetivos y lo quiere hacer con un concepto que ya se está poniendo en práctica y que establece un nuevo estándar en la construcción de edificios.
Un edificio con vistas al futuro
El estudio Snøhetta, radicado en Oslo, quiere aprovechar la iniciativa Powerhouse para explorar las posibilidades existentes para construir inmuebles eficientes a nivel del consumo de recursos y energía. Tras el éxito de los proyectos Powerhouse Kjørbo, Powerhouse Montessori y Powerhouse Brattørkaia, decidieron apostar por un cuarto, esta vez en Porsgrunn, en la región de Telemark, donde acaban de inaugurar un edificio desarrollado junto a los socios de R8 Property, Skanska y Asplan Viak. Se trata de un edificio que, a lo largo de los 60 años que se calcula que será su ciclo de vida, generará más energía de la que consumirá. Estas estimaciones incluyen también la energía gris consumida en el proceso de construcción y en la fabricación de los materiales, además del consumo energético que derivará, algún día, de las tareas de demolición. ¿Cómo se consigue algo así? Convirtiendo el edificio en una auténtica planta de generación de energía.
Una estructura adaptada a la luz del sol
La estructura cúbica singular del edificio Powerhouse Telemark permite maximizar la superficie aprovechable para generar energía fotovoltaica. Por encima de los primeros pisos, la pared oriental se inclina 45° hacia fuera de tal manera que los pisos superiores tienen mayor tamaño que la superficie de la base. De esta manera, se consigue crear un tejado con una enorme superficie y una inclinación de 23°. Las placas fotovoltaicas del tejado y de la fachada del lado sureste generan anualmente un total de 256.000 kWh de electricidad, una cantidad veinte veces superior al consumo medio de los hogares noruegos.
Un ejemplo de arquitectura sostenible
Tanto la estructura como el interiorismo del edificio están concebidos con la sostenibilidad en mente. Las fachadas orientadas al norte están revestidas de láminas de madera que generan sombras. Las paredes están perfectamente aisladas y las ventanas tienen cristal triple para cumplir con los estándares propios de una construcción pasiva. Además, cuenta con un sistema térmico de placas de hormigón y un sistema de calefacción circular de baja energía que se sirve de una fuente geotérmica situada a 350 metros de profundidad para mantener la temperatura adecuada en el interior. A su vez, todos estos elementos favorecen un balance energético positivo.
La combinación perfecta de tecnología y calidad
El interiorismo del edificio Powerhouse Telemark apuesta por grandes fuentes de luz natural, la creación de espacios flexibles y el uso de materiales regionales, reciclados y resistentes. La sostenibilidad exige planificar con miras al futuro y precisamente los tiempos (pos)pandémicos que nos ha tocado vivir requieren flexibilidad, también en los entornos laborales. Por este motivo, hoy más que nunca, se buscan soluciones versátiles y diseñar entornos que estén pensados por y para las personas. Para ello se debe contar con un mobiliario que contribuya a crear espacios saludables. La silla de oficina IN de Wilkhahn ha sido el producto elegido para reflejar esta faceta de la sostenibilidad en el proyecto Powerhouse Telemark. Se trata de una silla dinámica a nivel tridimensional que fomenta la actividad física y el bienestar personal.
El proyecto Powerhouse Telemark es uno de los inmuebles más eficientes, sostenibles e impresionantes del mundo. Por este motivo era muy importante crear un interiorismo igualmente sostenible y hermoso. El mobiliario que nos rodea contribuye a nuestro bienestar, así que apostamos por las sillas Wilkhahn porque cumplen con nuestros estándares de estética y altísima calidad.
Más información
Página web de Snøhetta
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