El Hotel Bürgenstock es un lugar para sentirse bien en muchos aspectos porque ofrece fantásticas vistas, aire fresco y está situado en un entorno espectacular. Ya a finales del siglo XIX, la cima sobre el Lake Lucerne se convirtió en un destino popular para excursiones de un día y como lugar de recreo. En las décadas de 1950 y 1960, la cumbre incluso se ganó la reputación de ser el Saint Tropez de las montañas con Audrey Hepburn, Sophia Loren, Jimmy Carter, Konrad Adenauer, por nombrar sólo algunos, en la larga lista de celebridades que se congregaron allí. Queda por ver si se puede revivir algo de la gloria pasada, pero algunas cosas no han cambiado y el complejo turístico de Bürgenstock, con varios hoteles e instalaciones deportivas, tiene ahora su sede aquí. El Waldhotel ha sido una incorporación especial al complejo desde finales de 2017. Con su fachada de bloques de piedra y pérgolas de madera, la nueva construcción del arquitecto milanés Matteo Thun se integra perfectamente en su entorno alpino.
Los estándares ecológicos superiores de los edificios de los arquitectos, con sede en Milán, coinciden con el innovador concepto de uso del Waldhotel Health & Medical Excellence integrando servicios profesionales de salud en un hotel de cinco estrellas.
Además de 160 habitaciones y suites, un restaurante con cocina de temporada, un bar, una biblioteca y cuatro salas de conferencias, el hotel ofrece un centro médico y de salud en una superficie de más de 4.000 m2. Los servicios son especializados y variados, desde medicina convencional hasta terapias naturales, y se completa con instalaciones de bienestar como un spa y una zona de fitness.
El centro de salud del Waldhotel fue proyectado y equipado por los interioristas Simon Regli y René Freivogel, propietarios de Identi AG de St Gallen. Se han creado unos 52 espacios de trabajo con fines de tratamiento, gestión, reuniones y conferencias. Uno de los retos era conseguir que la zona se distinguiera para diferenciarla como centro de salud ambulatorio y, al mismo tiempo, que se integrara armoniosamente con el resto del diseño del hotel. Por ello, ambos diseñadores han optado por un lenguaje estético que rechaza un ambiente hospitalario estéril en favor de un atractivo hogareño para la arquitectura.
Por último, pero no por ello menos importante, los muebles desempeñaron un papel destacado. Los interioristas se decidieron por las dos sillas multiusos Occo de Wilkhahn (diseño Jehs+Laub) y la silla de oficina Neos (diseño wiege). «Para nosotros era importante que la alta calidad de la propiedad y del resto del mobiliario de oficina se reflejara en los asientos», explica René Freivogel. «Con su diseño fresco y matizado, Occo impresiona y cumple con los requisitos de higiene del sector médico gracias a su carcasa de polipropileno». Neos también se integra bien con el resto del interiorismo. Los diseñadores suizos elogiaron el hecho de que la silla ofreciera todas las funciones y el confort requeridos. El diseño del centro de salud es excepcional debido a su atractiva combinación de atractivo profesional y casero, donde se combinan servicios de primera clase y bienestar.
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